¿Cómo inició el viaje Despierta PASS?
LOS INICIOS
“Aprendió que el despertar puede ser jugando y esperando sorpresas del nuevo día.”
LA FAMILIA
“Su papá Quecho estuvo en hospitales y en cama durante 2 años en donde literalmente él reaprendió a vivir, ahora tiene 95 años y vive generando proyectos que inspiran.”
ENSEÑANZAS
“Desde los 12 años daba clases a niños de 3 y 4 años. Se concentraba en que pudieran ver todo lo hermoso que se les regalaba cada día. Al estar en contacto con la pobreza y el sufrimiento sintió una fuerte invitación en su corazón a hacer algo por el mundo.”
CONSOLIDACIÓN
“Nace DESPIERTA PASS ofreciendo herramientas didácticas de transformación para que el amor habite en y a través de las personas.
A partir del 2007 la Embajada PASS abre puertas.”
Fotografía: Rodrigo Montaño
Fotografía: Daniel Cervantes / Modelo: Galit Kleimann
La historia de Despierta PASS
Primeros años… Desde que nació Renee Salinas, aprendió que el despertar puede ser jugando y esperando sorpresas del nuevo día. Su papá la invita a amanecer sonriendo haciéndole ejercicios de nariz, oreja, cachete, ceja o tocando la trompeta y su mamá le enseña una canción en la que se describe que el sol, al despertar, canta una canción de amor para dar los buenos días a la alegría y a los amigos, recordando lo hermoso que es el hoy. El domingo es el mejor día para despertar temprano y hacer lo que quisieras.
A los 11 años… A los 11 años… Su papá Quecho estuvo en hospitales y en cama durante 2 años, en donde él reaprendió a vivir. Ahora tiene 94 años y vive generando proyectos que inspiran. Susana, su esposa, fue incansable en sostener a la familia. Ella se las ingeniaba para contar ese difícil momento de vida familiar como algo natural y generar esperanza. Les contaba a sus hijos, que los amigos de su papá ya tenían “cadilac” en el hospital; eso quería decir que tenían silla de ruedas y podían ir a dar la vuelta. Renee aprendió jugando, haciendo la comida con su hermana y ayudando a preparar hamburguesas que sus hermanos vendían en un puesto por la noche. Esos años fueron claves para aprender a resolver circunstancias muy difíciles, en equipo y riendo.
A los 12 años… Daba clases a niños de 3 y 4 años. Se concentraba en que pudieran ver todo lo hermoso que se les regalaba cada día, hacía materiales y exámenes para afirmar el conocimiento.
18 años… Quería ser maestra, enfermera, cirquera y azafata. Vivió una temporada en el cerro del 4 que estaba en las afueras de Guadalajara. Al estar en contacto con la pobreza y el sufrimiento sintió una fuerte invitación en su corazón a hacer algo por el mundo. Lo importante es lograr que las personas recuerden que son valiosas y así nos podemos ayudar unos a otros. En realidad hoy hace circo maroma y teatro para evocar la mejor versión de la personas, apoya la salud del alma y encuentra maneras de viajar y conectar. Comenzó sus estudios para poder tener herramientas para su causa e incursionó en temas de psicología, desarrollo humano, programación neurolingüística, integración de sentimientos, comunicación entre otros, logrando varias maestrías y reconocimiento nacional e internacional. Su gran talento ha sido transformar lo profundo en herramientas prácticas y accesibles. Considera que cualquier circunstancia es una oportunidad de entrenarse en el Amor.
A los 40… Fue nombrada Embajadora del Comercio Sagrado y PASS de América Latina. Su especialidad es evocar la mejor versión de las personas y grupos sociales. Le interesa generar sinergia y aliarse para despertar paz, alegría y abundancia compartida.